CELEBREMOS EL 175 ANIVERSARIO DE LA MUERTE
DE
CATALINA
MC.AULEY
INTRODUCCIÓN: Buenas
tardes hermanas y hermanos. Nos reunimos hoy 11 de noviembre de 2016 aquí en
Alto Trujillo, en el local del CETPRO “Nuestra Señora de la Misericordia”, para
conmemorar dos acontecimientos: 50 años de
la llegada de las Hermanas de la Misericordia de Irlanda a Trujillo – Perú y los 175 años de la muerte humana de Catalina McAuley, fundadora de la
Congregación de las “Hermanas de la Misericordia”.
1. SALUDO
INICIAL
Te alabamos Dios de toda consolación. Danos consuelo y
esperanza ante la muerte de nuestros seres queridos. En Ti, Oh Dios, la vida no
termina, sino que se transforma. La muerte ha sido vencida.
2. CANTO
3. RITUAL
Guía: Sé que mi
Redentor vive y que yo he de resucitar en el último día.
Todas: En mi
cuerpo complaceré a Dios, mi Salvador.
Guía: Veremos a
nuestro Dios.
Todas: Y
gozaremos de la dulzura de la vida eterna.
Guía: Gloria a
Ti, Dios de vivos y muertos. Gloria a Ti, Jesús, el primogénito de la creación.
Gloria a Ti, Espíritu, que estableces tu morada en nosotras.
Todas: Como era
en el principio, ahora y siempre. Amén.
4. LECTURA
Jn. 14,1-4
Carta de
Catalina McAuley:
La Hna. Mary Elizabeth Moore, quien estaba presente a
la muerte de Catalina nos dice:
“Qué diré de la muerte de nuestra querida Reverenda
Madre, sino que tuvo la muerte de una santa, y que se estuvo preparando para
ello desde unos meses antes, sin decir nada al respecto.
A las cuatro de la mañana del día 11 de noviembre de
1841, en que falleció, ató sus botas y se las dio a una de las hermanas jóvenes con la orden de
que lo quemara cerca del fuego hasta que todo estuviera consumado. Luego ordenó
que movieran su cama al centro de la habitación porque pronto iba a necesitar
aire.
A las nueve se celebró Misa en la habitación. A pedido
de ella, todas las hermanas estuvieron presentes con sus capas y velas. Le dio
a cada una su bendición por separado y le dijo a cada una algo apropiado. A la
hermana Genoveva, le dijo que era muy feliz. Su agonía empezó a eso de las once
de la mañana.
Durante el día recibió al doctor y le dijo con su calma
usual que la escena estaba llegando a su fin.
A las 6.30 de la tarde, cuando suponíamos que estaba
perdiendo sus sentidos, rezamos en voz más alta. Sonrió dulcemente y dijo: “No
hay necesidad mis queridas, oigo claramente”, y pidió que se le pusiera la vela
en la mano. Nunca pensé que fuese posible que la naturaleza humana tuviera
semejante control de sí hasta el último suspiro de su vida.
Dejó una bendición especial para las madres que
estaban ausentes. Murió a las 7.50 de la noche.
El cuerpo de la fundadora estuvo expuesto desde el
jueves hasta el lunes 15 de noviembre, cuando se cantó un Réquiem Solemne.
El sepelio en el jardín al lado del convento hecho de
acuerdo a las costumbres de la época, fue muy prolongado. El cajón no se cerró
hasta que la procesión llegó a la tumba,
para un último adiós.
Su muerte, como la de toda persona importante, tuvo un
significado nacional e internacional.
5. CANTO
6. PETICIONES
En este
175 aniversario del fallecimiento de
Catalina McAuley, la recordamos junto a todas nuestras hermanas que entregaron
sus vidas al servicio de sus semejantes, y te presentamos con fe nuestras
oraciones.
1.
Pedimos por todas
las Hermanas de la Misericordia que han dejado esta vida, que se encuentren
gozando de la vida eterna en la presencia de Dios, especialmente por Catalina
McAuley, Gabriela O’Donell, Luisa Kerr, Benigna Cremmins, Alberta Connolly,
Angela O’Sullivan, Margarita McEnery y Columba Barret. Roguemos al Señor.
2.
Te pedimos por
las personas que se aproximan al momento de su muerte, para que la esperanza de
la vida eterna les de consuelo.
3.
Por todas las
Hermanas de la Misericordia que han trabajado en Perú, especialmente por las
hermanas Josefina y Debbie que iniciaron la Misión en el barrio 2ª y por la
hermana Maura que nos visita. Roguemos al Señor.
4.
Por las hermanas
que continúan compartiendo el Carisma de Misericordia en nuestros pueblos,
hermanas Inmaculada, Catalina, Maureen, Calixta, Juanita, Aurea, Angélica,
Erika y Dora. Roguemos al Señor.
5.
Te pedimos por
las Hermanas de la Misericordia en todo el mundo y por sus colaboradores, para
que la vida y la muerte de Catalina continúe llamándonos a abrazar el espíritu
de la hospitalidad y el servicio.
6.
Por nuestros
benefactores: Ministerio El Buen Pastor y por la Fundación La Mesa del Padre de
Estados Unidos, por el Fondo de Solidaridad de Irlanda y por todas las personas
que han colaborado para esta
celebración, que el Señor les conceda abundantes bendiciones. Roguemos al
Señor.
7.
Por cada uno de
nuestros invitados aquí presentes: Autoridades, comunidades cristianas,
familiares y amistades, que el Señor Jesús les conceda lo que necesitan en su
vida espiritual y material. Roguemos al Señor.
8.
Por todos los
pueblos donde las Hermanas de la Misericordia comparten sus vidas,
especialmente por los pobres, enfermos y marginados, para que recuperen su
dignidad y vivan como hijos e hijas de Dios. Roguemos al Señor.
9.
Por el CETPRO
“Nuestra Señora de la Misericordia”, por la Directora, por el personal docente,
administrativo, asesor, psicólogo, abogada, estudiantes y ex alumnas, pidamos
bendiciones para cada uno de ellos y sus hogares. Roguemos al Señor.
10.
Por el descanso
eterno del padre Patricio O’Brien, primer Director del CETPRO. Roguemos al
Señor.
7. OFRENDAS
En su bautismo, Catalina McAuley recibió la vida de
Cristo Jesús. Que esta vela, símbolo del Señor Resucitado, nos recuerde la
presencia de Cristo en su vida, y la luz que ella ofrece para su pueblo y para
todo el mundo.
(Se enciende
la vela y se presenta)
Catalina McAuley le entregó todo a Dios y ofreció su
vida a la Misión de Misericordia, por medio de sus votos de pobreza, castidad,
obediencia y servicio a los pobres. Ofrecemos este arreglo floral como símbolo
de su consagración y entrega.
(Se coloca el
arreglo)
Catalina McAuley compartió la muerte y resurrección de
Cristo Jesús. Así como Dios derramó su Misericordia sobre ella, así irradió
ella la Misericordia al Pueblo de Dios. Presentamos la Cruz de la Misericordia
como símbolo de su fidelidad al carisma.
(Se coloca la
Cruz de la Misericordia)
8. BENDICIÓN DE
LA GRUTA
9. ORACIÓN
FINAL Y BENDICIÓN
Dios de los vivos y de los muertos, por el poder de la
Resurrección de Cristo has derrotado para siempre al pecado y a la muerte.
Catalina McAuley nos enseñó que cada día es un paso hacia la eternidad, y así
continuaremos paso a paso hasta el día en que demos el último que nos llevará a
tu Presencia. Apura nuestro regreso a casa donde nos reuniremos con nuestros
seres queridos y donde serán enjugadas todas nuestras lágrimas. Te lo pedimos
por Jesús, nuestro redentor y hermano. Amén.
Bendición:
Que el Dios de la Misericordia nos bendiga y nos
proteja. Amén.
Que el Dios de la Paz nos consuele en los momentos de
prueba. Amén.
Que el Dios de todo consuelo nos preserve para la vida
eterna. Amén.
10.
CANTO
“Si amamos a Dios, sin duda amaremos también a nuestro
prójimo”
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